La fotografía de Bodas

by mundo fotos

La fotografía de eventos sociales como las bodas es una especialización, como lo es la fotografía publicitaria, la fotografía aérea, etc. Por lo tanto no debe menospreciarse por el hecho de pertenecer al rubro fiestas y asociarse a diversión. Todo lo contrario, pues como momento irrepetible, hay una responsabilidad muy grande que asume el fotógrafo con el cliente.

Boda de Gabriela Suárez

Este artículo pretende alertar a los recién iniciados que están haciendo sus primeras armas en la profesión, y que muchas veces se ven tentados a tomar (irresponsablemente) trabajos para los que no están capacitados, por falta de experiencia.


¿Y como se adquiere experiencia? Primero que nada, asumo que tú has adquirido los conocimientos necesarios sobre fotografía, a través de algún buen curso. Descarto totalmente la posibilidad de que tú eres de los que se compran una buena cámara, sacan un par de fotos buenas y se mandan a hacer tarjetas de “Fotógrafo”. Por las dudas, si éste fuera el caso, por favor no uses las bodas para ensayar. Dedícate un tiempo a trabajar con retratos murales o recorrer las plazas, si te quedan mal, las puedes volver a repetir.

Para la fotografía de bodas, es necesario que todos tomemos conciencia de la importancia del fotógrafo “profesional” en los eventos sociales. Tanto la pareja contratante como el profesional contratado.


Fíjate que increíblemente, los fotógrafos publicitarios suelen creerse una casta superior, porque manejan equipos más

costosos o por conocimientos. Puede ser. Pero de todos modos menosprecian el trabajo de fotografía social. Sin embargo, el publicitario tiene mucho menos riesgos en su trabajo, puesto que las tomas se repiten una y otra vez hasta alcanzar el objetivo deseado. Eso no es posible en las bodas, donde el fotógrafo debe seguir el momento a momento y no perderse nada. El momento del beso de consentimiento, tomado un segundo antes es muy pronto, un segundo después, ya se separaron. Debes disparar tu cámara justo cuando los labios se han unido, o el momento se ha perdido. ¿Le pides que se besen de vuelta? Que va, no es lo mismo, te perdiste la toma y listo. A llorar a otro lado.




Puede sonar cruel, pero diles a tus clientes lo contrario. He visto fracasar a muchos colegas en su intento por convencer a la pareja, ¿por qué falta la foto con mis padres?, ¿porque no está la foto que sacamos con la tía que vino de Australia? ¿y donde está la foto de la tirada de arroz?

Con esto, te aseguro que te crucifican. Lo que significa que le dirán a todo el mundo que tú eres un inepto y que se abstengan de contratarte, porque además eres un irrespetuoso por las excusas que diste.

Si mi amigo/a es así de cruel el cliente decepcionado. ¡Y mucho más! Y si decide hacerte un juicio, olvídate de trabajar en la fotografía y dedícate a la oficina.

La fotografía de bodas


¡Pero atención! Esto no quiere decir que un profesional muy experimentado esté libre de errores o desperfectos en su equipo. De ser así yo no estaría escribiendo este artículo. El tema es que el profesional esta mucho más preparado para salir del problema. Es más, creo que todos sabemos que va a haber algún problema en la fiesta y por eso llevamos peso extra en la valija fotográfica. Más rollos o tarjetas digitales de lo necesario, otro flash de repuesto, otro cuerpo de cámara, disponemos de otro equipo armado y listo para reemplazar al defectuoso, con un ayudante al lado para socorrernos. Y sobre todo poseemos el oficio de ver, donde los demás no ven. Vemos un paso adelante en la fiesta y sabemos lo que va a ocurrir. Y por eso el dedo ya está en el obturador cuando el hecho sucede.

Y esto es solo el comienzo de una larga lista de recomendaciones para los que quieren dedicarse a la fotografía de bodas.

¿Cómo empiezo, entonces? ¡Es bueno que preguntes esto! Además de los conocimientos adquiridos, que doy por hecho, debes relacionarte con fotógrafos experimentados y comenzar por ofrecerte como ayudante. Si. Es la mejor manera de adquirir experiencia. Con gente que sabe. No uses a tu prima o a algún amigo para adquirir esa experiencia. Arriesgas mucho en ello. Para empezar el recuerdo de tus parientes, y para continuar y no menos importante: “tu reputación”.

La fotografía de bodas


Si te parece mal ser ayudante de algún fotógrafo prestigioso, entonces te doy una alternativa personal.

Hace 27 años cuando me inicié en la fotografía como profesional, era muy joven entonces, y me animaba a hacer muchas cosas que hoy no hago. Decidí adquirir experiencia por la mías, y un sábado a la noche me puse un traje, cargué mi valija con el equipo y salí con rumbo hacia la Iglesia que mas bodas tenía esa noche. Al llegar había muchísima gente que por supuesto no conocía. Me preparé, y unos diez minutos más tarde llegó la primera novia acompañada de su fotógrafo, a quién abordé y le dije al oído que yo era el primo y que sin molestarlo iba a tomar algunas fotos de recuerdo. Miró mi equipo y dudó un instante, pero hubo algo que lo convenció: mi cara de principiante.

OK. Primera faena cumplida. 5 minutos más tarde de finalizada la primera ceremonia, llega la segunda novia de la noche. Baja el fotógrafo de su auto y le digo exactamente lo mismo, que soy el primo de la novia y que voy a sacar fotos para recuerdo. Y así sucesivamente hasta la quinta y última novia.

Al final de la noche tenía en mi haber 5 casamientos hechos, un muestrario de 5 bodas, un record que ni al día de hoy volví a alcanzar y un cúmulo de experiencia gratis adquirida.

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